La censura del Gobierno de Pedro Sánchez está alcanzando niveles similares a los de una ‘república bananera’.
Así como ocurre en dictaduras como Cuba o Venezuela, el PSOE-Podemos empieza a usar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para intentar acallar a los medios y periodistas que resultan incómodos para el Gobierno.
Una vergonzosa experiencia que vivió en primera persona Juan Ramón Martínez Minuesa, más conocido como Cake Minuesa, mientras intentaba hacer unas preguntas al ministro socialista Iceta.
Los hechos ocurrieron el 10 de mayo de 2021, cuando una banda de policías autonómicos vascos se lo llevaron a empujones y rodillazos, para impedirle preguntar al ministro Iceta sobre el traspaso de las competencias en Prisiones al País Vasco, última cesión de Pedro Sánchez al nacionalismo para garantizarse el apoyo del PNV al Gobierno socialcomunista.
“Yo ahí tenía miedo. No podía respirar por los golpes de los ertzainas”, admite Cake Minuesa en una entrevista con Periodista Digital, donde habló de los golpes que recibió en las costillas por parte de los agentes. “Esto es abuso policial”, admite con contundencia.
El abogado de formación que siempre ha ejercido de periodista mostró su rechazo a la falta de respaldo del resto de profesionales de la prensa. Por lo que, con un toque de ironía, afirmó que al momento de la retención policial “tenía que salir todo el colectivo de periodistas a decir ‘Cake respira’ o ‘todos somos Cake’ o subimos el puño”.
Minuesa destaca que los hechos ocurridos son trágicamente graves, ya que “la libertad de prensa es algo que nos hemos ganado y no podemos tirarlo a la basura porque un cuerpo trabaje [Ertzaintza] para el PNV”.
“Eso de que el policía te diga que tú, Luis Balcarce, y que Periodista Digital no me gusta lo que hace, no me gustan tus editoriales, así que no eres prensa libre es inconcebible”, explica a PD.
En este sentido, muestra su rotundo rechazo a los agentes de la Ertzaintza que, además de acusarle de no ser “prensa libre”, le señalaron de “manipular” o “provocar”.
“Señor agente, permita que sea mi audiencia la que decida si le gusta lo que hago o no. Pero usted no va a decir, como ocurre en Cuba, Venezuela, Bolivia o Nicaragua, quién es el buen y quién es el mal periodista”.
“La pluma para preguntar es lo que les ofende”, sentencia.
No obstante, agradece que «me han llamado ertzainas indignados para darme su apoyo» y para explicar que la actuación fue “vergonzosa” y que no responde a la forma de actuar de dicha policía.